La transformación personal continua

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Cuando iniciamos cualquier tipo de relación (social, personal, profesional, etc.) no solemos plantearnos, al menos generalmente, que muchas veces buscamos inconscientemente aquello que nos proporcionará los faltantes que se necesitan, y que se pueden obtener, en la cooperación con los otros, para nuestro propio crecimiento, senderos evolutivos o desarrollo en algún aspecto o área de vida.

Por diseño, las relaciones humanas buscan llenar los huecos en los aprendizajes que no se pueden llenar estando solos, de forma que, gracias a ellas, uno obtenga las experiencias, desde muchos ángulos y fuentes diferentes, para poder completar los procesos evolutivos en los que podamos andar metidos.

Esto es así por diseño, pues el servicio a otros es un patrón general de la energía consciente del universo, en la que todo se percibe como parte de todo, y no hay etiquetas de bueno o malo, positivo o negativo, en los bloques básicos que forman el sustrato del mismo, sino que, desde esa perspectiva, solo se comprende y percibe que hay partes de ese “Todo” que tienen diferentes funciones, y donde cada cual cumple con un rol que, consciente o inconscientemente, siempre sirve de ayuda a otra de las partes, en cualquiera de los tres aspectos que forman las estructuras de la vida y de la realidad (activo-positivo, pasivo-negativo, y neutro-equilibrante). Es decir, desde la visión elevada de estos procesos evolutivos, lo positivo y lo negativo se ayudan mutuamente, y lo neutro equilibra a ambos, sin juicio de valor asociando etiquetas de bueno o malo o una u otra polaridad.

En la mayor parte de los casos, no nos damos cuenta de que, por eso, todo lo que existe y sucede tiene un propósito de ser, que se diseña en planos y niveles de consciencia más allá de la realidad terrenal de nuestro día a día. Ese propósito puede estar acorde a un bien mayor individual, es decir, que forma parte del plan evolutivo de una sola persona, o puede estar acorde al bien mayor global y colectivo, siendo útil a millones de ellas, de nuevo, sean conscientes o no, y puesto en marcha desde niveles mucho más allá de los causas y análisis de las cosas que ocurren que podamos hacer a nivel de personalidad.

La necesaria experiencia

Para todo propósito evolutivo, el objetivo de desencadenar fuerzas y eventos que detonen experiencias en el plano humano está destinado a una comprensión mayor de la evolución de todos aquellos que formamos parte de las diferentes jerarquías de la vida consciente en la Creación. Nada se puede adquirir y aprender si no es a través de la experiencia directa o semi-directa, y es por eso que si se manifiestan en diferentes escenarios todo tipo de sucesos, tanto a nivel individual como planetario, es para que sean usados como catalizadores del cambio perpetuo, que todo lo que existe lleva consigo implícito, y que no puede, ni debe, ser parado o retenido.

El hecho de que la vida sea cambio y transformación es precisamente lo que define el concepto de vida. ¿Os imagináis una evolución que sea estática? ¿Una existencia que no se transforme a si misma en cada minuto? No tiene sentido, pues no es así como los procesos universales y cósmicos, que dotan de la inercia necesaria para que todo esté siempre en movimiento, están diseñados.

Detonando el miedo al cambio

Curiosamente, si esto es así, ¿cómo es posible que uno de los mayores miedos del ser humano sea el miedo al cambio? Este mecanismo viene, de nuevo, por el problema que comentamos en el artículo anterior de no poder vivir en el ahora. Aquellos que viven en el “ahora”, viven con fluidez la transformación continua que el presente representa, y solo cuando nuestros programas de gestión de la psique se ponen a vivir en el futuro, que no conocen ni pueden predecir, aparece el miedo a lo que vendrá, por desconocido, que causa resistencia al cambio, por temor, y que nos pone en alerta para intentar frenarlo, generando todas las acciones para bloquear, en la medida de lo posible, ese cambio, si es percibido como potencialmente peligroso, desconcertante, incierto, o simplemente, imprevisible. Ya conocéis también el concepto de la zona de confort, asociado con el mismo tema.

No tener miedo al cambio

Entonces, ¿cómo hacer para no tener miedo a los cambios personales, sociales e incluso planetarios? Comprendiendo que nada puede nunca quedarse estático, y que vivimos en un sistema dinámico de transformación constante, donde lo único que impide disfrutar de esos cambios son los miles de miedos asociados a las ideas y formas mentales que nos generamos sobre los mismos. Desde un punto de vista energético, todo cambio y transformación se produce sin que ninguna fuerza externa les ponga ninguna etiqueta, y seguro que sois conscientes que algo que una persona ve como bueno, otra ve como malo, y otra más como terrible, y una cuarta como maravilloso, cuando en realidad nunca es ni una cosa ni otra. El cambio siempre es neutro, pues es la tercera energía la que mueve a los opuestos para que se detonen entre si los movimientos necesarios para que los ciclos de la vida sigan funcionando correctamente.

Puesto que las manivelas que giran las ruedas de estas transformaciones constantes están codificadas en la esencia misma de todas y cada una de las partículas de todo lo que existe, la transformación evolutiva tendría que ser un estado natural aceptado por todos nosotros, como parte de los mecanismos que rigen nuestra existencia, y, que no sea así, no es más que otro indicador del poder de los programas de gestión de la psique, y de nuestra percepción de la realidad, insertados en el ser humano. Como dijimos en al anterior post, esto cambiará cuando consigamos que nuestro ser interior y esos otros aspectos más elevados de uno mismo, tomen con mayor frecuencia los mandos del vehículo que usamos, de forma que empezaremos a ver siempre todo cambio y transformación sin etiquetas de bueno o malo, simplemente como lo que es, un proceso, natural, que permite la evolución y aprendizaje de todos los que estamos metidos en este juego de la expansión de la vida y la Creación.

Articulo publicado por David Topi
http://davidtopi.com/

La biología de la creencia por Bruce H. Lipton

Bruce H. Lipton (n. 21 de octubre de 1944 (71 años), Mt. Kisco, New Cork (EE. UU.), es un biólogo celular estadounidense, considerado una de las principales y más controvertidas voces en la nueva biología, contraria al paradigma darwinista y partidaria de que el entorno y la cooperación (tesis deLamarck) y no los genes son el auténtico motor de la vida.

Es autor del best seller La biología de la creencia ( comprar en Amazon su libro: http://www.amazon.es/Biologia-De-La-Creencia/dp/8496665186 )

Ver mas en Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Bruce_Lipton

BRILLO-DE-LUZ

Tengo 71 años. Nací y vivo en Nueva Zelanda. Estoy casado, tengo dos hijas y tres nietos. Creo que la evolución de la civilización está ocurriendo ahora. Un cuerpo humano está hecho de 50 trillones de células, el ser es una comunidad. Pasé de científico agnóstico a místico.
Me enseñaron que los genes controlan la vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero es falso.

 

¿Del todo?
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.

¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.

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¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.

¿Y?
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.

¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.

Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.

¿Entonces? Si cambituscelulasescuchanloquepiensasamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.

Me suena a fórmula feliz…

Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?…

¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.

¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.

O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.

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¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.

¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.

Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.

¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.

¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.

Entrevista publicada en el periodico La Vanguardia, el 9 del 9 de 2011 por Ima Sanchis
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20110909/54213913374/lo-que-pensamos-varia-nuestra-biologia.html

ima_sanchisAlgún detalle sobre Ima Sanchis: Tengo el vicio de contemplar y la necesidad de preguntar;ambas cosas me llevaron al periodismo, que ejerzo desde los 17 años. He recorrido trozos de mundo y ahora, sin apenas moverme, viajo al interior del ser humano. Tengo la sensación de estar en permanente transformación, aunque intuyo que algún día comprobaré que no me he movido del sitio. Tras oír muchas respuestas, de una cosa me he convencido: todos somos múltiples y todos somos uno. Me encanta esta vida, es muy curiosa.

Nota del editor del blog Árbol de Luz: me encanto tanto la entrevista que hizo Ima, que  no Inma, 🙂 a Bruce, que decidí ponerla de manera integra en mi blog, espero que os haya gustado, para mi ha sido impresionante descubrir a este maravilloso biólogo que esta cambiando nuestra percepción de la biología y por ende de la vida.